Se acaba la temporada estándar de series y es hora de mirar qué nos hemos dejado por el camino. A decir verdad, han sido bastantes los cadáveres en las cunetas, sobre todo de series novatas: fracasos como Charlie’s Angels o The Playboy Club fueron sonados. También desaparecen algunas producciones históricas, como House o Mujeres Desesperadas, ambas nacidas al calor de aquella gran hornada de 2004/05 en la que también debutaron, entre otras, Anatomía de Grey, The Office o Lost. ¿Repasamos los 7 adioses más especiales?
Alcatraz (Fox)
Llegaba con pan bajo el brazo: JJ Abrams a la cabeza de un proyecto con otros nombres lostianos (Jorge Garcia en la actuación, Elizabeth Sarnoff en el guión y la producción, Jack Bender en la dirección…) y una atractiva mezcla de thriller, misterio y ciencia-ficción. Debutó con nota, superando los diez millones de espectadores, pero a media temporada ya se habían fugado cuatro, lo que animó a Fox a sacar el cuchillo y cortar por lo sano. Al final, la pregunta que ya es casi un clásico: ¿es positivo o es perjudicial ligar el nombre de JJ Abrams a una serie?
Awake (NBC)
Un piloto redondo no tiene por qué ser suficiente. Awake partía de una premisa atractiva, pero quizá insuficiente para armar toda una serie a su alrededor. Ni el buen hacer de Jason Isaacs como protagonista, ni el doble filo de la combinación de los procedimentales con la trama de largo recorrido lograron captar a la masa crítica necesaria. Kyle Killen, su creador, repitió el tropiezo de Lone Star… aunque con 11 episodios emitidos más.
Terra Nova (Fox)
Dinosaurios y Spielberg, ¿quién iba a resistirse a eso? Muchos lo hicimos. Terra Nova demostró que el dinero no lo es todo. La serie que retrasó su estreno varios meses para poder depurar todo el arsenal de post-producción que requerían sus efectos especiales se dio de bruces con la realidad de la cancelación tras 11 entregas. Lo cierto es que no sufrió mucho en términos de audiencia (entre la premiere y la finale solo claudicaron dos millones), pero nunca llegó a justificar su desorbitado precio.
Pan Am (ABC)
Al calor conceptual de Mad Men llegaba esta serie sobre la mítica aerolínea Pan Am: años 60, liberación de la mujer, etc. Un piloto interesante, aunque con la duda de saber qué pintaba exactamente Christina Ricci, forjado entorno a un par de personajes prometedores (mención especial para Colette), logró enganchar a muchos. Sin embargo, después la trama gorda posiblemente despistó a otros tantos y el avión se quedaba casi vacío a final de temporada. La serie, como la aerolínea, cerró sus puertas.
Desperate Housewives (ABC)
Ocho años después, Wisteria Lane corta el tráfico de vida y muerte (¿o debería decir asesinatos?) que ha poblado sus casas y jardines. Es el momento de despedirse de Susan, Lynette, Bree y Gabrielle, y del resto de personajes que durante este tiempo han pululado por sus vidas. Se va una de las grandes, una de la Generación 2004, batiendo records de audiencia y dejándonos con el everybody has a secret flotando en el aire…
House (Fox)
Otro monstruo que nos deja. El inclasificable doctor es otra víctima nacida en la fenomenal quinta de 2004, y aunque sus mejores días pasaron hace ya un tiempo, su despedida ha estado a la altura. House y Wilson, Sherlock y Watson, se despiden tras ocho años de enfermedades raras, frases lapidarias… y algún que otro lupus.
Chuck (NBC)
Posiblemente no tenga el empaque mediático de las dos anteriores, pero Chuck es otra de las grandes que se van. Al borde los 100 capítulos, la serie ha estado innumerables veces al borde del abismo, y NBC siempre ha encontrado la manera de salvarla. O mejor dicho, su legión de fans. Tras cinco temporadas, la serie acabó como merecía: con ese beso entre Sarah y Chuck…
